5 Tips sobre la comunicación efectiva
- constanzabaezpsico
- 24 ago 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 8 feb 2022
Las relaciones interpersonales nacen, crecen, y se fortalecen (o acaban) mediante la comunicación. ¿Qué comunicamos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Mis mensajes se entienden con claridad? ¿Estoy realmente entendiendo lo que los demás me están comunicando? En este blog les comparto cinco tips para tener una comunicación más efectiva.
Cuantas veces nos sentimos mal interpretados, o incluso nos ofendemos por lo que otros nos dicen. Muchas veces los conflictos generados dentro de las relaciones tienen que ver con la falta de claridad en los mensajes que emitimos.
Cuando tratamos de comunicarnos con alguien, intentamos expresar nuestro mensaje con claridad. También buscamos descifrar el mensaje que la otra persona está queriendo transmitir. Así como entendemos los mensajes verbales, también recibimos mensajes no verbales a través de las expresiones corporales que la otra persona genera durante la conversación. A veces, el mensaje puede ser mal interpretado por una incoherencia entre lo que escuchamos y lo que percibimos en lo no verbal. Otras veces, expresarnos con palabras inadecuadas lleva a que otra idea no tan relevante superponga al mensaje que deseamos comunicar, causando una pérdida en la idea central de la conversación.
Por esta razón, al comunicarnos sin interpretaciones, respetando los momentos de cada persona, y esforzándonos para realmente entender el mensaje y los sentimientos subyacentes, podremos tener una interacción productiva. De esta manera lograremos una comunicación efectiva y tendremos una oportunidad de crecimiento en nuestras relaciones interpersonales.

1. No "interpretar".
La interpretación no siempre es la realidad. Es lo que yo percibí de la situación. Reflejando a la otra persona lo que yo estoy entendiendo puede ser útil para aclarar cualquier mala interpretación del mensaje.
Respondiendo con oraciones como las siguientes, puede ayudar a recibir el mensaje del otro con mayor claridad:
"Lo que yo estoy entendiendo por tus palabras y lenguaje corporal es que..."
"Quiero saber si te entendí bien. Lo que me expresas es..."
Otra manera de comunicar con claridad es asegurándonos de hablar sólo de lo que conocemos al 100% - evidencias, emociones propias y experiencias propias.
Cuando hablamos de evidencias nos referimos a palabras y comportamientos expresados literalmente. Pero, muchas veces tomamos nuestras propias interpretaciones como evidencias, cuando en realidad no es así.
La mejor manera de comunicar con claridad es expresando qué emociones y pensamientos nos vienen a la cabeza cuando percibo ciertas experiencias. Hablando de lo que nos genera cada situación ayudará a descubrir si contamos o no con los recursos necesarios para manejarla. Siendo consciente de nuestra capacidad de gestión emocional facilitará la comunicación a la hora de conversar sobre posibles soluciones a futuro.
2. Respetar los momentos de cada uno.
El reclamo del otro no es una oportunidad para tratar mi reclamo también. Muchas veces queremos aprovechar el momento en que nos reclaman algo para manifestar nuestras inquietudes también. Por ejemplo:
COMUNICACIÓN DAÑINA:
Persona 1: "Me molesta que dejes todas tus cosas de estudio en la sala. Cuando tengo visitas está todo desordenado y tengo que limpiar yo."
Persona 2: "Pero vos siempre dejas tus zapatos tirados frente a la tele y nunca los recoges. Yo tengo que juntar!"
Persona 2 tuvo todo el día para expresar a persona 1 que le molesta que deje sus zapatos tirados, sin embargo, no lo hizo. En este ejemplo vemos como la persona 2 aprovechó el reclamo de la persona 1 para manifestar sus inquietudes.
La comunicación mejora cuando sabemos respetar los momentos de cada uno. Por ejemplo:
COMUNICACIÓN CONSTRUCTIVA:
Persona 1: "Me molesta que dejes todas tus cosas de estudio en la sala. Cuando tengo visitas está todo desordenado y tengo que limpiar yo."
Persona 2: "Te molesta que deje mis cosas porque no podes recibir visitas tranquilamente en un espacio ordenado. Voy a mejorar en eso!"
Pasa un tiempo...
Persona 2: "Hace poco me dijiste que te molestaban mis cosas en la sala. A mi me genera lo mismo cuando me tropiezo con tus zapatos frente a la tele, ¿podrías intentar guardarlos en tu habitación?"
En esta situación vemos cómo persona 2 validó las emociones y la queja de persona 1 y respetó su momento de reclamo. Persona 2 esperó un tiempo (un día, unas horas o un momento en que se presentó el problema) para manifestar su reclamo a persona 1. Este tipo de comunicación ayuda a disminuir el intercambio defensivo entre las personas. Como persona 1 no se sintió invalidada ni atacada en el momento de su reclamo, será mucho mas fácil manejar el reclamo de persona 2 con más apertura y flexibilidad.
3. La emociones siempre son válidas.
¿Alguna vez te han dicho algo como "Eso no puede hacerte enojar!" o "Pero es una tontería como para que estés llorando!"? Estos comentarios son invalidantes para nuestras emociones y no sirven para una comunicación efectiva. Por consiguiente, debemos recordar que por más que una situación nos parezca mínima, las emociones del otro siempre son válidas.
Quizás hayan momentos en los que nos parezca que una situación en particular no sea grave, pero olvidamos que cada persona vive las situaciones desde un punto de vista totalmente distinto. Algo que a mi me parece una tontería puede desencadenar emociones (tal vez más fuertes) en otro. La experiencia emocional es totalmente subjetiva y no sabemos como cada persona experimenta las situaciones. Por lo tanto, no tenemos el derecho de decir a alguien como debería sentir.
Cuando percibimos que alguien está experimentando una emoción fuerte ante una situación que no nos genera lo mismo, debemos ser conscientes que esa emoción ES REAL y ESTÁ PRESENTE en ese mismo instante. Por ende, como amigo, hermano, pareja, etc. tenemos el deber de reconocer esa emoción como verdadera. Una vez que esa persona ya haya superado el desequilibrio emocional, podemos hablar con ellos para intentar entender el significado que aquella persona le dio a la situación experimentada. De esa manera podremos ayudarlos a ir adaptando su percepción a la situación, lo cual en el futuro tendrá efecto sobre las emociones que aquella genera.
4. Uno a la vez.
En toda conversación, siempre hay sólo un emisor y un receptor. Por lo tanto, a la hora de tener un diálogo, debemos respetar el espacio que corresponde al EMISOR y concentrarnos en recibir el mensaje de la manera mas acertada a lo que nos quisieron comunicar.
Para mejorar el intercambio verbal, podríamos preguntarnos: ¿Cómo puedo ser un buen emisor/receptor en este momento? Así también, podríamos anticipar al otro cual será su función: si le toca ser emisor o le toca ser receptor del mensaje.
5. ¿Cómo puedo aportar a esta interacción?
Finalmente, para que la comunicación sea verdaderamente efectiva, es importante plantearnos la idea de realmente aportar a la interacción. Un aporte a veces implica dar un punto de vista u ofrecer una solución al problema. No obstante, guardar silencio también puede ser un aporte.
"Pero entonces, ¿Qué hago? ¿Sólo escucho o doy mi opinión?"
Estas dudas resolvemos con una simple pregunta: ¿Cómo te puedo ayudar? Aclarando cuál es la mejor opción en ese momento podría proporcionar mi aporte a la interacción. Cuanto más indaguemos, más fácil será hacer un aporte significativo a la comunicación. "¿Necesitas descargarte, te gustaría escuchar mi punto de vista, o prefieres que busquemos una solución?" son algunas preguntas que facilitan a la comunicación efectiva.




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